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Por increíble que parezca, la historia del pop-punk tiene más giros inesperados que un álbum conceptual de prog-rock, y Mark Hoppus, bajista y eterno adolescente de BLINK-182, acaba de añadir un nuevo capítulo que coquetea peligrosamente con la geopolítica de alto voltaje.
Su nueva autobiografía, Fahrenheit-182: A Memoir, promete memorias de giras alocadas, éxitos multiplatino y la dura batalla contra el cáncer… pero también, al parecer, una contribución clave en la caída de Saddam Hussein. En una entrevista reciente con NME, Hoppus afirma —con una mezcla deliciosa de convicción y sarcasmo— que una brillante idea ayudó al ejército estadounidense a capturar al dictador iraquí en 2003.
El día que Mark Hoppus creyó haber salvado al mundo
Hoppus rememora una actuación de la banda para las tropas estadounidenses en pleno Golfo Pérsico. Luego del show, sentado con un almirante, el músico soltó una sugerencia que, según él, cambiaría el curso de la historia: usar frecuencias inaudibles incrustadas en videos para rastrear la ubicación de Saddam, quien en ese entonces enviaba cintas de propaganda desde la clandestinidad.
‘Tengo una idea: ¿sabes dónde está? Está lanzando estas cintas de video a sus seguidores con una bandera detrás de él donde diría: ‘¡Levántate contra los perros americanos!’ o algo así’. Le dije: ‘Si tienes alguna idea de dónde podría estar, ¿por qué no vuelas drones o aviones en cuadrícula, con el código de tiempo tan alto como puedas, por encima del rango auditivo humano, pero dentro del rango dinámico que se capturaría en una cinta de video? Entonces, cuando lance su cinta de video, puedes tomar la parte de audio, extraer el código de tiempo y triangular dónde podría estar’.
‘El almirante me miró como diciendo: «¿Qué demonios?». Luego dijo: «De hecho, me reuniré en el Pentágono con el Estado Mayor Conjunto la semana que viene y quizá plantee tu idea». Cuatro meses después, capturaron a Saddam Hussein, así que debí de ser yo’, Hoppus asegura con total convicción. Y aunque el Pentágono no ha confirmado (probablemente nunca confirme) su participación en la Operación Amanecer Rojo, Hoppus parece cómodo con el peso de su supuesta hazaña.
La mezcla de modestia y delirio con la que cuenta el episodio es tan marca de la casa como la letra de «What’s My Age Again?«: “No necesito una estatua”, dice Hoppus. “El solo hecho de saber que salvé el mundo ya es medalla suficiente”.
Sea como sea, Mark Hoppus acaba de sumar un nuevo capítulo a la mitología de BLINK-182.
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