El guitarrista y figura icónica de Fear Factory, Dino Cazares, enumeró recientemente algunos de los sellos discográficos de metal que rechazaron la primera demostración de la banda. Y la lista de los que rechazan incluye muchas impresiones conocidas.

De hecho, el Rockero mencionó nombres, es decir, nombres de sellos, en una entrevista de Metal Hammer que surgió el jueves (22 de julio). Las revelaciones se produjeron durante la extensa charla que también cubrió el último álbum de Fear Factory, Aggression Continuum del mes pasado, y la reciente separación de la banda con el cantante principal Burton C. Bell, cuyas voces se incluyen en el disco. Hasta ahora, Fear Factory aún no ha confirmado un nuevo vocalista.

La historia de cómo Fear Factory, finalmente, si logra la firma, sin embargo, involucra al creador de Soulfy y ex miembro de Sepultura Max Cavalera. El pasó la noticia del primer demo producido por Ross Robinson del grupo, a la persona adecuada, para asegurarle a Fear Factory un contrato con Roadrunner Records a principios de la década de 1990.

‘Estaba usando el demo de Ross Robinson para promocionar Fear Factory a compañías discográficas’, recordó Cazares. ‘Muchos me rechazaron: Metal Blade, Earache, Nuclear Blast, Peaceville. Había una convención de música en Los Ángeles, todas las compañías discográficas iban a estar allí. Era un lugar para ser visto, ver bandas y festejar’.

El ícono de Fear Factory asistió y ‘me cruce con Max, y él me conocía de Brujería’, proyecto paralelo de Cazares. ‘Le hablé de Fear Factory, fuimos a su habitación de hotel y pusimos el casete. Él dijo: ‘¡Esto es asesino! Me lo quedaré ‘. Era mi única copia. Max no me la devolvió; tuve que luchar con él en la cama del hotel para recuperarla. Afortunadamente, se lo contó a Monte Conner en Roadrunner. Fue así mas o menos como nos firmaron’.

La táctica claramente valió la pena para Fear Factory, que lanzó álbumes como su debut en 1992, Soul of a New Machine, que fue una versión remasterizada de su primer demo, y le siguió, Demanufacture en 1995.

En otra parte de la entrevista, se le preguntó a Cazares cómo percibe los informes sobre él y su banda en los sitios de noticias musicales. Aunque es comprensible que se opusiera a que se le tergiversara, dio una visión sensata de la relación entre el artista y la prensa.

‘No importa lo que diga, la gente lo torcerá como quiera’, dijo Cazares. ‘Un millón de sitios web… han utilizado mis tweets como noticias y, a veces, no dan el contexto completo. Ambos somos un mal necesario: sin los músicos diciendo cosas controvertidas, no tendrás un sitio web donde puedas hacer dinero de la publicidad. Al mismo tiempo, necesitamos esos sitios web; mantienen a ciertos artistas relevantes’.

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