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En una era dominada por las pantallas y los momentos capturados en 4K, IRON MAIDEN ha decidido plantarse con una petición clara: menos móviles, más rock. Rod Smallwood, el histórico manager de la legendaria banda británica, emitió un comunicado este 20 de mayo que va directo al corazón del debate moderno en los conciertos: ¿verlo en vivo o a través de una pantalla?
La petición llega con motivo del arranque de la gira Run For Your Lives, que promete ser un recorrido épico por los primeros nueve discos de la banda, desde su debut homónimo de 1980 hasta el ya clásico «Fear Of The Dark» de 1992. Pero más allá del setlist, MAIDEN quiere que el público esté presente, no solo físicamente, sino emocionalmente disfrutando al máximo uniéndose a la familia MAIDEN cantando con todo el corazón, ¡en lugar de sacar el teléfono!
“Queremos que los fans disfruten de los conciertos en persona, en lugar de en sus pequeñas pantallas”, afirma Smallwood, en un mensaje que evoca la nostalgia de los tiempos donde lo único que se alzaba en el aire era un puño cerrado o una bandera con el rostro de Eddie. “El uso excesivo del teléfono reduce el disfrute, sobre todo para la banda, que está en el escenario mirando las filas de teléfonos, pero también para los demás asistentes”.
Y tiene razón. ¿Quién no ha tenido la vista bloqueada por una maraña de pantallas mientras intenta ver a su ídolo cantar a pocos metros? IRON MAIDEN no quiere imponer reglas draconianas al estilo de GHOST —que ya ha vetado por completo los móviles en sus conciertos—, pero sí hace un llamado al sentido común. Que se viva el momento. Se cante con el alma y el recuerdo no sea un archivo de vídeo olvidado en la nube, sino una vibración en el pecho que dura toda la vida.
La gira arrancará en Budapest este 27 de mayo y culminará, entre otras fechas destacadas, con una histórica actuación en el London Stadium ante 80.000 fans: el show más grande de MAIDEN en el Reino Unido fuera de un festival desde 2008. También será la primera gira sin el icónico Nicko McBrain, quien dejó los escenarios tras un derrame cerebral. En su lugar estará Simon Dawson, quien tiene la titánica tarea de mantener el pulso de una de las bandas más influyentes del metal.
Bruce Dickinson, siempre frontal, ya había dejado clara su postura: los conciertos no son para grabarse, son para vivirse. Y, al parecer, la familia MAIDEN está de acuerdo.
Así que ya sabes: si vas a ver a IRON MAIDEN, deja el móvil, alza los cuernos y únete al coro. Porque este no es solo un show, es una celebración de cinco décadas de historia, arte, y mundos imaginarios que se viven mejor con los ojos abiertos y el corazón palpitando al ritmo del metal.
¿No es mucho pedir, verdad?