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La década de los 60 estuvo marcada por un furor continuo por la explosión de los Beatles y los Rolling Stones. Y a veces podemos pensar que tardaron en estallar y fue algo progresivo, como puede ocurrir con las bandas de ahora, pero nada más lejos de la realidad. En 1965 los Stones ya tenían varios discos como su homónimo o el ‘Out of Our Heads’ y casi mueren aplastados al salir de un concierto en Long Beach, California.

Después del correspondiente concierto, Jagger y compañía se volvían al hotel a descansar después del show. Bueno, eso creían ellos ya que la limusina en la que viajaba el grupo fue asediada de tal manera que el techo se derrumbó. La banda intentó sostenerlo mientras el chofer aceleraba y los cuerpos de los fans caían a la carretera.

Uno de los oficiales que estaba al cargo de la seguridad del concierto se llamaba John Turley y vivió la escena en primera persona: «Por el aire volaron frascos de cosméticos, zapatos, lápices labiales y hasta algo de ropa interior”. Luego se tuvo que mover encima del capó y empezar a quitar a la gente con los pies y así poder llegar al hotel: “Finalmente llegamos al pie de Linden Avenue y el conductor, que debía haber entrado en pánico, condujo muy rápido cuesta arriba hasta Ocean. Todavía estaba en el capó cuando giró bruscamente a la izquierda en Ocean. No tenía nada a lo que agarrarme excepto mis uñas en las ranuras del capó”.

“A gran velocidad, condujo hacia el este por Ocean, sin detenerse en las señales en varias intersecciones. En Golden Avenue, hizo otro giro brusco para bajar una pendiente hasta donde el helicóptero esperaba en primera línea de playa”, continúa Turley“Mi intención era sacar al conductor del auto y hacerle lo que fuera, sin embargo, tuve que empujar a los Stones al helicóptero”.

 

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