Brutal regreso de Meshuggah a chile junto a All Tomorrows.

 

Durante la semana que Meshuggah agendó su tercer regreso al país, se realizó en equis casa de estudio un coloquio musical que expuso cómo los sordos y los ciegos perciben la música. Una de las técnicas para quienes carecen del sentido de la audición, es utilizar un globo inflado próximo al regazo cuya función es amplificar las ondas vibratorias por el agua que contiene nuestro cuerpo. Mientras que quienes poseen visión reducida, estos activan la sinestesia, que a grandes rasgo, adapta el sonido a formas, colores y, en algunos casos, hasta sabores.

Meshuggah – All Tomorrows

Viernes 26 Abril del 2019

Teatro Coliseo – Santiago

 

Pues bien, Meshuggah cruza el umbral de las dimensiones formando un solo todo con los rasgos mencionados. Entre lo sensorial, lo visual y lo musical, conjugan patrones que de verdad remecen el ser. Puedes cerrar los ojos y trasladarte a hipnóticos estados de conciencia, tapar tus oídos y descubrir por medio de su sistema de iluminación la compleja forma de interpretar sus canciones, o llevarte la experiencia completa al mosh cargado de vibraciones.

Luego de poner al mundo de la música extrema a sus pies con «Violent Sleep of Reason» (2016), los suecos saldaron todas sus deudas con nuestro país y premiaron a sus seguidores chilenos con dos fechas junto a nada menos que All Tomorrows.

All Tomorrows: Un sueño hecho realidad

Pablo Martínez, Pepe Lastarria, Ramón Pasternak y Óscar Arenas son All Tomorrows. Banda que fácil rankea entre las agrupaciones de la década del transversal circuito nacional y especializado en Latinoamérica. Con pasados ligados al relevo dorado del rock de mediados de los ’00 (Humana, Drogatones, Darkemist, Alejandro Silva, etc.), la aplanadora del metal demostró el por qué debían estar ahí.

Lo que expone el cuarteto es ir más allá del género, del nicho, o mejor dicho, apelan a ser una banda profesional por sobre cualquier etiqueta. De hecho, la versatilidad de cada integrante se dispersa en proyectos que van desde el pop hasta el post hardcore, pero cuando llega el momento del llamado, todas sus partes aterrizan a este gran ente.

Días antes, un debate cruzado entre quienes debían acompañar al quinteto en su regreso, circularon en las diferentes redes: Octopus, Coprófago, Éntomos y cuánto más. Sin embargo, pese a todas las fichas que los mencionados puedan tener, hay algo en All Tomorrows que los hace prácticamente únicos entre sus colegas: la continuidad.

A principios de la presente década, vivieron los cambios más brutales de la industria, se vieron solos en un género en potencia y masticaron el ripio de la autogestión. Gracias a la resiliencia de estos eventos, se acorazaron en su proyecto enfocándose solo en la obra y principalmente en la performance de la misma. Y es ahí donde se desmarcan de sus pares: en el live show.

Errores no existen en el 360 de la banda; desde Pancho Arenas en consolas, hasta la habilidad Fórmula 1 de Nico Concha en la técnica, todo remó a favor para la presentación de esta banda de profesores.

Desde «Opilion» (2011) hasta un adelanto de su venidero tercer álbum, reventaron un entregado Coliseo que ansiaba ver en partes iguales tanto a los nacionales como al respectivo plato fuerte. Degustación que dejó satisfecha a la masa con media hora de tracks sin pausas: ‘Dajjal’, ‘Eiden’, ‘Fiver’s vision’, ‘Immanence’ o ‘Sol Agnates’ fueron las credenciales a mostrar en movimientos que no dejaron espacios sin uso en el escenario.

Avalados por todas y todos, lo de los chilenos ante Meshuggah es el merecido reconocimiento al esfuerzo. Hoy All Tomorrows trascendió.

Meshuggah: Un lujo

La musicalidad de esta locura metalera es tan corrosiva, que sus notas calan por todas las vías. Sus fanáticos así lo demuestran al llevar -medio en serio medio en broma- los movimientos ralentizados de Jens Kidman (frontman) y sus particulares muecas que le ha valido de un arsenal de memes tomados con bastante humor).

Aunque se agradezca, que nos sorprenda la puntualidad de los europeos parece no tener mayor relevancia, pero lo de Meshuggah se supera así mismo. 21:29 de la noche (un minuto antes del horario original) y las distorsiones de ‘Pravus’, ‘Born in dissonance’ y ‘The hurt that finds you first’ erizan hasta la médula indiferente de los detalles técnicos, pero ‘Rational gaze’ y ‘Future breed machine’ fue irreal, ya que esta última nunca había sido interpretada ni en su debut en 2013, como en su última pasada en Rock Out hace tres largos años. Una joya.

50 segundos de break y de inmediato dieron paso a la tríada ‘By the ton’, ‘Stengah’ y la magnífica ‘Straw pulled at random’ que, en lo personal, es uno de los puntos más altos de toda su discografía: enérgico en su presentación, envolvente de atmósferas y catártico en su final, conceptualizan in situ este rescate del «Nothing» (2002). Repaso que también tuvo momentos para las nuevas generaciones de fanáticos con ‘Clockworks’ y el mencionado ‘Violent sleep of reason’ (la canción).

Finalmente el tridente de cierre cayó en la dupla de ‘Lethargica’ y la complicadísima ‘Bleed’ (NDR: Tomas Haake se tomó tres años para dominar los patrones de batería de la canción), ambos del «ObZen» (2008). El remate fue aún más triturador: ‘Demiurge’.

Meshuggah creó un catálogo impecable de obras que tuvo su tardío reconocimiento el día que Ministry los apadrinó tras lanzar el mencionado «ObZen», veinte años después de su debut. Convengamos que tampoco les fue fácil para ellos. Un caso digno de analizar.

Con este set de canciones tan bien pensadas y correctamente ordenadas, ni me imagino qué deparará una segunda noche de la cual esperamos cubrir, ya que al final del día, Meshuggah es una experiencia transversal que cualquier humano debería experimentar las veces que sean necesarias.



Por Juan Guillermo Carrasco (CEO Red Exodia Chile)

Fotografias: CQPhotographer

 

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