Al estar vivos vemos las cosas desde un punto de vista ególatra y esos egos hacen que queramos ciertas cosas: éxito, belleza, salud, tener a la chica más guapa… queremos todo eso que alimenta el ego, pero en realidad estamos creciendo entre el sufrimiento que pasamos. Según nos va destruyendo nos hacemos más fuertes‘.

Las experiencias negativas por las que he pasado, sobre todo a lo largo de los ’90, no las quiero olvidar. Fue muy importante para mí y muy necesario todo ello y estoy muy contento de que hayamos sido capaces de hacer las paces de nuevo, de perdonar y de olvidar y hacer algo como esto juntos ahora‘, explica Michael Kiske.