¿El final del príncipe de las tinieblas?

El año 2020 podrá quedar marcado como el año donde escuchemos el último material de Ozzy Osbourne, no solamente por los grandes problemas de salud que agobian al cantante, ya que pudimos ver que recientemente canceló uno de sus tours por estos problemas, sino que esta es la sensación que nos deja el álbum al terminar de escucharlo, con un trabajo lírico que claramente podemos ver como Ozzy se enfrenta a uno de sus mayores demonios, su propia mortalidad.

Todos estos factores, sumados a sus 71 años, nos dan a pensar efectivamente que este puede ser su último trabajo de larga duración, lo que afecta directamente la escucha del mismo. Resulta imposible no pensar en todas estas cuestiones y terminar con una sensación de amargura, ya que en los últimos años Ozzy ha superado todo tipo de adversidades y siempre logra volver con nuevo material o presentaciones de calidad, sea solo o acompañado de black sabbath. Todo eso sin contar la relevancia y enorme importancia que ha tenido dentro del género, siendo uno de los creadores, literalmente, además de que ha logrado trascender y convertir su figura en un icono de la cultura pop.

Es que si tuviéramos que elegir una palabra para describir todo lo que este trabajo nos trasmite sería esa fatalidad. Después de años Ozzy Osbourne nos deja ver que él también es humano, lo que podría verse reflejado en el título del mismo, «Ordinary man».

Dejando atrás esta pequeña reflexión sobre las primeras impresiones del álbum y lo que simboliza para la carrera del príncipe de las tinieblas, Andrew Watt, fue el encargado de darle vida a todo este proyecto, un productor y guitarrista con una tendencia más hacia artistas relacionados al beat, lo cual podemos ver que tuvo una gran influencia en los arreglos sobre la voz de Ozzy durante la grabación, para llegar al producto final que escuchamos.

También, podemos decir que este disco logra juntar lo que será una especie de «súper banda». El trabajo rítmico fue realizado por Chad Smith (Red hoy chilli peppers), acompañado por Duff McKagan en el bajo (Guns N’ Roses) y Slash está presente en 2 tracks. Además de las voces de artistas como Elton John y Post Malone en diferentes colaboraciones de las cuales ya hablaremos. Hay que resaltar que estos músicos solamente participarán en la grabación del álbum, ya que en vivo la banda de Ozzy permanecerá con la misma formación que viene presentando hace unos años.

El comienzo del disco es con «Straight To Hell» arreglos de voces y un riffs muy hard rock ayudan a dar un comienzo con tintes épicos al álbum, pero sin duda lo más destacable de este primer track son los «oh right now»  y «come on now» claras referencias a su etapa en Black sabbath, pequeños detalles que alegran a sus fans más de antañoAquí, podemos escuchar la primera colaboración de Slash encargado del solo de guitarra, clásico solo de Slash con wah wah, de todas formas el track en su composición completa es un gran acierto para abrir el álbum, probablemente por eso fue elegido como un corte promocional del mismo.

«All My Life» nos deja ver como será el resto del álbum, esa mezcla entre power baladas y riffs de hard rock acompañados de sintetizadores que logran amalgamarse con la voz, generando ese tono particular y oscuro. Llama la atención el toque grunge que se puede escuchar en la distorsión de este track.

Si todavía quedaban dudas del trabajo sobre la voz de Ozzy por parte del productor, la introducción de «Goodbye» las despejará de forma contundente, y no es algo malo, ya que puede que sea uno de los tracks más interesantes por lo excéntrico de su riff principal, uno de los momentos más pesados y disfrutables seguramente.

Ahora, el primer bajón de intensidad del álbum, mucho se especuló al saber que Elton John participaría en este álbum, pero creo que sorprenderá a más de uno con su trabajo en «Ordinary Man», balada que ejemplificará todos los factores y sensaciones mencionadas al principio de esta reseña, posiblemente un mensaje de ambos artistas sobre su fatalidad y el tiempo que les queda en sus carreras.

«Under The Graveyard» fue el corte principal para la promoción de este álbum, por lo que no profundizaremos mucho en él. Además, el próximo track para mi fue la gran sorpresa, ya que cuando escuchas una armónica es imposible no pensar automáticamente en «the wizard» pero lejos de parecerse «Eat Me» desata la mejor línea de bajo, el cual cuenta con un tono notable, siendo una de las canciones más entretenidas del álbum, con un estribillo muy pegadizo.

«Today Is The End» es un caso extraño, cuenta con secciones pesadas muy entretenidas, pero algunas otras lentas que no terminan de convencer, como por ejemplo los coros y el estribillo resultan un poco raros. Creo que esta canción quiso seguir un poco la línea excéntrica de «Goodbye» pero más orientado hacia la balada.

Cuando hablamos de los invitados nos faltó mencionar a alguien, Tom Morello dice presente en «Scary Little Green Men» con un solo de guitarra como solo él sabe hacerlo, atmosférico y sutil con su reconocible whammy. Este álbum aquí suma otro gran estribillo, algo que ya podemos ver que no es por accidente.

Llegando al final tenemos «Holy For Tonight» última balada del álbum, que busca recopilar elementos utilizados anteriormente, voces muy trabajadas y coros para generar ese efecto épico, acompañadas con sintetizadores y un gran solo de guitarra por parte de Andrew Watt, sin duda recuerda mucho a las épocas del «No More Tears«.

Y, el momento de la controversia, Post Malone reconocido cantante de Rap y Trap hace su aparición en «It’s A Raid», curiosamente el track con aires más Punk del álbum. Esta es una canción que simplemente la amas o la odias, con una guitarra absurdamente distorsionada, un ritmo frenético y un mensaje simple. Sumándose a esto como bonustrack «Take What You Want» cierra el álbum, colaboración con el también cantante de Rap Travis Scott, Este track realmente cumple la función de bonus, ya que pertenece a un disco de Travis y no tiene nada que ver con la línea de estética tanto sonora como argumental que viene trabajando «Ordinary man», y probablemente solo este aquí por un mero tema contractual entre los artistas.

En resumidas cuentas, este álbum es un trabajo bastante completo e interesante, cuenta con algunos altibajos como ya mencionamos y en cuestiones de producción también hay detalles como la batería o algunas distorsiones que no terminan de convencer, aunque me parece que Chad Smith es una pieza clave para disfrutar el álbum con un gran trabajo en los parches en cuestión de ejecución. Posiblemente «Ordinary man» sea esa terapia de rehabilitación emocional que Ozzy necesitaba, logrando descargar todos los problemas que viene arrastrando durante varios años, y sinceramente creo que lo logró de la mejor manera en lo que posiblemente sea su mejor trabajo desde el «Ozzmosis»

Ahora toca esperar y ver como evoluciona la salud de Ozzy, pero sentimos que intento decirnos algo con este trabajo y que lo quiso hacer de la mejor manera posible. Y, lo logro de gran manera.

01. Straight To Hell (03:45)
02. All My Life (04:18)
03. Goodbye (05:34)
04. Ordinary Man (05:02)
05. Under The Graveyard (04:58)
06. Eat Me (04:19)
07. Today Is The End (04:07)
08. Scary Little Green Men (04:21)
09. Holy For Tonight (04:52)
10. It’s A Raid (04:20)
11. Take What You Want (03:50)

Pais: Reino Unido
Genero: Heavy metal / hard rock

Puntuación: 8,5/10


 

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