Los galeses volvieron a nuestro país en el marco de su tour Sudamericano, para presentarse junto a los chilenos de Minerva.

Jueves, 19:00 horas y las puertas del conocido Club Blondie se abrieron para dar paso a un show de aquellos que nos hacen retroceder en el tiempo: Bullet For My Valentine regresaba a nuestro país, con un setlist lleno de clásicos y una que otra canción más actual. El recinto iba de a poco ganando adeptos y a las 19:30 –con una notable puntualidad- sale Minerva a escena, entre los aplausos de quienes ya se encontraban en el lugar.

Los chilenos expusieron toda su fuerza y desplante en el escenario, ante un público que coreó y disfrutó de cada momento del show, con un setlist basado en Los Ecos del Viento (2017), primer y único álbum de la banda. Una intro y ‘Creí En Ti’, marcaron el inicio de una presentación cálida y cercana. “Armen harto mosh”, dice Oliver García antes de seguir con ‘Antihéroes’, canción donde Álvaro Fuentes y su guitarra, marcaron el punto alto. Para ‘Detrás de la Máscara’, Minerva incita nuevamente a los presentes para que formen un gran moshpit.

“¡Minerva, Minerva!” gritaban en Blondie antes de pasar a ‘El Umbral del Miedo’, track que fue acompañado por el compás de las palmas, seguido de un “el que no salta es paco” –también- orquestado por la gente que se encontraba en el lugar. Continuaron mostrando su disco debut, con ‘Grítalo al Viento’ y cerraron su presentación con ‘Sabios’, único single oficial de Minerva publicado este año. La agrupación de death metal melódico se retiró muy contenta del escenario y sin duda, marcaron un antes y un después de esta importante fecha.

En el break, los asistentes pasaban el momento cantando los clásicos de nü/aggro metal que en el lugar se iban reproduciendo a modo de música envasada; hasta que a las 21:31 horas, ésta se detiene de forma abrupta y Bullet For My Valentine sale a escena entre la ovación de aquellos que quisieron ir a recordar su adolescencia al recinto ubicado en las afueras de la Estación Unión Latinoamericana.

‘I Don’t Need You’ fue la encargada de abrir el show ante una fanaticada al borde del desenfreno, que cantaba al unísono esta canción del álbum Gravity (2018). Casi sin descanso llegó una de las regalonas de siempre: ‘Scream Aim Fire’ y la capacidad de Blondie ya estaba casi completa. ‘Your Betrayal’ nos llevó al 2010 e hizo que notáramos que, a pesar de los cambios  que ha tenido la banda tanto en apariencia, como en el sonido, la potencia se mantiene intacta.

“Realmente nos divertiremos esta noche”, dice Matt Tuck antes de pasar a ‘Piece Of Me’, canción perteneciente al trabajo más reciente de los galeses; el que si bien no ha estado exento de críticas, aun así se logró vislumbrar a fanáticos disfrutando del último disco en el recinto. ‘4 Words (To Choke Upon)’ hizo continuar con la fiesta metalcore en Club Blondie, donde abundaban aquellos que están entre los 25 – 35 años y que disfrutaban de estas canciones durante su adolescencia.

Todos los fanáticos alzaron su voz cuando la banda interpretó ‘You Want A Battle? (Here’s a War)’, ya que al momento del coro, fue solo el compás de las palmas lo que acompañó a aquellos que cantaban al unísono, en una atmósfera de emoción y nostalgia. Así pasamos a ‘Over It’, otra de las más nuevas de Bullet For My Valentine, que hizo saltar a todo el recinto.

Algo a destacar fue la cercanía de los galeses con su público, siendo Jamie Mathias–bajista- uno de los que más complicidad tuvo con los fanáticos de Chile. ‘Venom’ es otra de las que no podían faltar en el setlist y el público agradeció cada momento vivido la noche del 28 de noviembre.

Tras el sonido de los aplausos llegó ‘Suffocating Under Words Of Sorrow (What Can I Do)’, track que forma parte del disco debut de los británicos: The Poison (2005), el mismo que los lanzó a la fama mundialmente. Después de este momento, Tuck se retira junto a Michael Paget y Jamie, para dejar a Jason Bowld en escena. Este último nos regaló un gran solo de batería que duró alrededor de 5 minutos y que fue alentado por toda la gran fanaticada chilena.

Mientras Bowld finalizaba aquel festín de bombos y platillos, el resto de la banda reingresa al escenario para interpretar ‘The Last Fight’ junto a los enérgicos asistentes que no descansaron en ningún momento. Dato notable fueron los cánticos que se hicieron escuchar respecto al movimiento social en el lugar.

Para ‘No Way Out’, Tuck pide a los fanáticos que armen un mosh en medio de la pista de Blondie; petición que es acogida junto a los saltos de “el que no salta es paco” y un ambiente donde todos eran prácticamente amigos, entre los recuerdos de aquella época de mediados y finales del 2000’.

‘Tears Don’t Fall’ fue otro de los clásicos del primer disco llegó casi en la parte final del show, junto al canto emocionado por parte de quienes casi repletaron Blondie y los notables solos de guitarra de la dupla Paget/Tuck.  Continuaron con ‘Worthless’ y el ánimo jamás decayó, a pesar del calor que yacía en el lugar.

Quedaba solo una última canción, pero el público no tardó en pedir a gritos la que tenían ganas de escuchar, es así como ‘Hand Of Blood’ se transformó en la sorpresa de la noche y los fanáticos celebraron saltando y coreando cada estrofa de este clásico del año 2005.

Despedimos una excelente presentación con el broche de oro: ‘Waking The Demon’, perteneciente al álbum Scream Aim Fire (2008) se encargó de entregar el cierre perfecto, con una Blondie que cantó al unísono y con un gran mosh pit en pleno recinto.

En medio del estallido social, siempre es buena una mini desconexión para así liberar tensiones y retomar todo con las pilas recargadas; eso fue Bullet for My Valentine: una explosión de energía y vitalidad que culminó con la banda acercándose a saludar al público, entregando uñetas, baquetas y hasta firmando discos, lo que dejó a todos los fanáticos con ganas de revivir un momento que –esperamos- vuelva a repetirse muy pronto en nuestro país.

 

Texto: Barbara Sherman
Fotografía: CQPhotographer

 

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