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La noche del jueves 30 de noviembre del 2023, en Santiago de Chile, el emblemático Club Chocolate del Barrio Bellavista, y sus asistentes, tuvieron una cita energética, vibrante e inolvidable con el Folk Metal, enmarcado en el regreso de los finlandeses Korpiklaani, tras ocho años de espera, siendo su último show el año 2015, quienes deleitaron a sus fanáticos, en esta oportunidad, celebrando sus veinte años de trayectoria musical. Mientras que los encargados de abrir la jornada con alta expectación, fueron los chilenos de Folkheim, que desde Antofagasta, resaltaron la riqueza de los pueblos originarios locales con su música.

Mientras el público comenzaba su ingreso rápidamente, apostándose en los diversos rincones del recinto, y cerca de las veinte horas, el telón de esta velada musical se abrió con los locales de Folkheim, quienes se instalaron en el escenario transportando a la audiencia con los primeros acordes melódicos de Black Metal étnico, a través de una propuesta musical poderosa, que coincidentemente también cumplían dos décadas de carrera, quienes han basado sus composiciones musicales en las tradiciones de los pueblos originarios chilenos, mostrando un compromiso genuino con las reivindicaciones sociales.

La calurosa noche de fines de noviembre, estuvo marcada por un público que no dudó en dejarse llevar por la energética presentación del sexteto chileno, incluso haciéndose notar con su fervor antes de su punto de partida con el clásico ‘Asylum Ignorantiae’, desatando el headbanging inmediato, compuesto por una audiencia de un variado rango etario, quienes gozaron con un alto calibre de desenfreno y motivación.

Folkheim, nacidos en el año 2003, se iniciaron con un estilo de Folk Metal europeo,  y con el correr de los años se transformaron en la aceptación y muestra, de lo que enraíza a sus integrantes y sus letras, las que están inspiradas en los pueblos originarios, tales como Rapa Nui, Mapuche, Selknam, etc.

La banda liderada por la voz de Alecksi Armijo, y siendo uno de los pioneros en el estilo que ejecutan, se encargaron de desarrollar un show con un alto nivel, donde sus letras se expresaron con fuerza, revisando sus éxitos ‘Mientras las oceánidas suspiran lacónicas’, pasando por la visibilidad de los pueblos aborígenes en sus letras y sonidos, fueron ovacionados por el público, interpretando más tarde uno de sus singles ‘Cherubic Anguis’, otorgando un boost de energía a las personas que se unieron a la oleada de asistentes eufóricos e inquietos.

En esta ocasión, interpretando algunos clásicos y repasando éxitos de su discografía, tales como ‘Kiepja’ y Vaai Honga Kaina’, donde este show excepcionalmente, tuvo la colaboración de Javier en la batería, mientras que en el bajo, Fanfy (bajista de Austral), quienes en esta ocasión les otorgaron apoyo en sus melodías, que resonaron en lo más profundo del Club Chocolate y los asistentes, dejando con altas expectativas y fervor total en la audiencia.

Los chilenos el año 2016, realizaron una gira por Europa; recorriendo España, Rumania, Portugal, Polonia y Alemania, deleitando a un público internacional diversificado en cultura y de lejanas tierras; mientras que en la actualidad se encuentran trabajando arduamente, en pleno proceso de grabación, de su nueva placa de estudio, el cual se espera su lanzamiento para el primer semestre del 2024.

Más tarde, cuando el público tuvo un lapso de descanso necesario, y a eso de las veintiuna horas, el recinto se empezó a aglomerar con la presencia de los Metalheads, sedientos de música y cerveza, llegando el momento del regreso triunfal y esperado de Korpiklaani en tierras chilenas, después de ocho años de su visita; apareciendo en primera instancia Mikkonen en la batería, y mientras Järvelä y compañía se instalaban, se pudo evidenciar, desde el primer momento, que la energía nórdica de la banda, envolvió a la audiencia en un torbellino de alegría y éxtasis, con los coros iniciales de ‘A Man With A Plan’ sin importar si era un día jueves laboral.

Los finlandeses una vez más, demostraron por qué son considerados maestros del Folk Metal, fusionando la tradición y experiencia finlandesa, con el poder del Metal de una manera que solo ellos saben hacer, haciendo cantar, bailar, saltar, y hacer disfrutar y participar hasta al menos fanático del público, gracias a su increíble show lleno de carisma y cercanía por parte de Järvelä y compañía, quienes encendieron el lugar más tarde con ‘Wooden Pints’ y ‘Happy Little Bozzer’, donde todo se transformó en fiesta y celebración, y el violín junto al acordeón se apoderaron de las melodías.

El sexteto finlandés demostró su confianza y desenfreno en el escenario, con la esperada ‘Sanaton Maa’ y más tarde la energética ‘Levan Polka’ luciéndose con sus estilosos atuendos negros, y sus aires de venir de los bosques nórdicos, dando clases de dominio de grupo, con un público comprometido y expectante, donde cientos de personas disfrutaron en un mix de Headbanging y Polka.

Cuando llegó el momento más sediento, Järvelä inicia el exitoso ‘Jäggermeister’,  acompañado de unos sorbos del brebaje místico, y haciendo un carismático salud, compartió con su público el licor de hierbas, dando paso al desborde de euforia desatada, que se mezclaba con la emoción de los asistentes por tal clásico.

Los fineses han experimentado en sus composiciones diversas aristas del Folk Metal, desde cambios en sus sonidos, letras y hasta el idioma de algunas de sus canciones, donde han sabido conjugar las guitarras metaleras con el ferviente humppa finlandés, considerando que uno de sus primeros álbumes como ‘Spirit of the Forest’ fue una de las placas que estableció su identidad y legado, hasta trabajos más recientes como ‘Kulkija’ y ‘Jylhä’, la banda ha evolucionado siempre manteniendo e integrando su esencia.

En la actualidad, con su último sencillo 2023 y cover, de la exitosa banda alemana Boney M., el hitazo setentero ‘Gotta Go Home’, fue una de las canciones favoritas y más escuchadas por Jonne Järvelä, en su infancia, lo llevaron a proponer a la banda realizar una versión, y claro que fue acertada, porque el público se mostró totalmente arriba de la ola, en sus coros, mientras no dejaban de reafirmar, con su convicción un éxito que marcó a muchos, y que deja al descubierto que unir lo viejo y lo nuevo, en el aspecto musical y con sentimiento, vale la pena.

Y es cuando llega uno de los momentos más álgidos de la noche, cuando comienzan a interpretar ‘Tuli Kokko’ creando un sonido embriagador que transportó a los oyentes a tierras lejanas y místicas, los fanáticos y quienes se encontraban al centro del recinto, desde los pies del escenario de la banda, se sentaron en el suelo, armaron y fingieron en instantes, una especie de embarcación nórdica, casi como imaginando y simulando personas que remaban hacia un viaje en un Drakkar, inspirado bajo las melodías frías y emotivas, momento en que todo el resto de los participantes se quedaron impactados, de la conexión entre la audiencia y la agrupación, al punto en que todos sacaron sus celulares para grabar alguna historia anecdótica del concierto.

El corazón del público se revitalizó al ritmo de los instrumentos tradicionales finlandeses, estando presentes a Perttula en el acordeón, y en el violín a Rounakari, quienes marcaron la pauta del ‘Pixies Dance’, dejando a las almas presentes llenas de alegría. Entonces ‘Pidot’ proseguía el show, mostrando los rasgados e increíbles dotes vocales de su frontman, pasando por el clásico “Viima” volviendo a recordar épocas pasadas de la banda, bajo su placa Tervaskanto (2007).

La cierta calma y el descanso sonoro llegaba con ‘Kipumylly’, un tema que nos llevó a reflexionar y escuchar con atención, donde tendríamos una pequeña pausa, para disfrutar  más tarde de sus éxitos ‘Leväluhta’, guiado por un violín y un acordeón incesantes que invitaron a bailar, el poder de ‘Niemi’ y  la armonía de ‘Kotikonnut’. Pasando por estos verdaderos emblemas, dejaron una huella imborrable, teniendo la capacidad para contar historias a través de su música, sobre mitos, leyendas y la conexión con la naturaleza, agregando contenido y autenticidad a su propuesta musical.

Korpiklaani, ha sabido trascender fronteras y se ha ganado un lugar especial en el corazón de los amantes de la música Folk, Viking y el Metal en general, no solamente gracias a su estilo distintivo fusionando la energía del Metal, con la riqueza de las tradiciones folklóricas finlandesas, sino también por la atmósfera de fiesta que llevan hasta cualquier lugar, y saben transmitir la experiencia de disfrutar a los asistentes.

Entre los clásicos de Korpiklaani que deslumbraron posteriormente fue con ‘Metsämies’, seguida de ‘Ämmänhauta’ y lo que no sabíamos, es que tuvimos la sorpresa de escuchar por primera vez ‘Saunaan’, que de igual forma el público recepcionó de manera positiva, una canción donde se destaca con gran talento Rounakari, para tomarse un pequeño descanso, después de tal festejo.

Finalmente, los músicos volvían con el broche de oro siendo ‘Beer Beer’ y ‘Vodka’, emblemas que se posicionan en el momento más emocionante entre el público y la banda, quienes fuimos trasladados hasta tierras lejanas, cerrando de esa manera un show de una hora y cuarenta minutos aproximadamente, lleno de pasión, fervor, y poder, con su clásica selfie de banda y de fondo el incesante público, que albergaba el Club Chocolate.

Una experiencia completa y totalmente profesional, entregada por Folkheim y Korpiklaani, en una noche donde el público demostró conexión, pasión y satisfacción total con el metal, después de una intensa, poderosa y magnífica jornada, mostrando el respeto y la admiración de ambas culturas musicales, y donde la audiencia, se entregó desde el primer momento con entusiasmo y devoción constante.

Texto: Daniela Diaz
Fotografías: Francisco Aguilar (Agencia Beat)

Produce: Spider Prod.

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