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Es algo muy complejo y que no puede ser reducido a una simple formula o a una correlación estadística, puedes tener una banda cuyos fanáticos agoten la capacidad de un estadio con una energía equivalente a 10 bombas nucleares y otra que sin tener esa clase de convocatoria multitudinaria logre (en espacios mucho mas reducidos), ese mismo despliegue aderezado con el “morbo” que produce la cercanía con la audiencia.
El caso de Opeth se encuadra (si es que hay posibilidad de encuadrarlos en algo) en esta última condición y lo que se vivió en Buenos Aires el pasado 13 de febrero fue sinónimo de perfección absoluta.
La descarga metálica de la noche se iniciaba con los locales Coral, viejos conocidos de la escena local, saltaron al escenario con una puesta en escena y una energía de primer nivel, son muy conscientes de la importancia que reviste la fecha y lo asumen sin ninguna clase de complejos, están muy claros en lo que son, en lo que quieren, han crecido enormemente con el paso de los años y no se arredran ante nada ni ante nadie, demostrándolo con creces mediante la calidad de su show con temas como “La Última Linea”, “Thrash & Roll”, “Arrecho”, “Cambié para Mal”.
Seis años pasaron desde la última vez que los suecos se apersonaron por estas tierras y eso le añadía un toque especial a la noche, sumado a que esta gira celebraba el 30º aniversario de la banda, ¿se podía pedir más?.
Finalmente el lider indiscutido de los suecos Mikael Åkerfeldt se dirigió a los presentes de una forma cálida pero pausada, en primer lugar dando las gracias en español para posteriormente hacer referencia al triunfo mundialista de la albiceleste, aclarando (eso sí) que si bien el futbol no le importaba demasiado, estaba consciente de que para Argentina si lo era. (no tiene caso hablar de la enloquecida reacción de los fanáticos ante las palabras de semejante maestro).
Åkerfeldt se mostró bastante parlanchín durante la noche, agradeciendo las muestras de afecto del publico y sonriendo ante los gritos de ¡Mi-gue-li-to!, diciendo en algún momento “ese soy yo, realmente me gusta el mote”.
¿Cómo obviar el momento en el cual Mikael hizo referencia a que todos con excepción de su baterista eran ya personas de edad? o, ¿Cuando se refirió a que no le gustaba mucho Spotify? o, ¿Cuando afirmaba sonriendo que iban a tocar su canción más larga y que quizá para algunos era una buena noticia y para otros no tanto?, pues sencillo (o quizá no tanto) hay que recordar que esto es una crónica y que el espacio es limitado por lo cual no podemos explayarnos tanto como quisiéramos.
En fin, luego de la caracteristica falsa salida, Opeth vuelve al scenario con el tema “Sorceres” luego del cual tradicional cantico “cada dia te quiero mas” se dejó escuchar por varios minutos, siendo inclusive acompañado por la baterista de la banda, seguido de algunos segundos de silencio por parte de Opeth luego de los cuales su lider atinó a decir “Ok, eso fue… intersante” para posteriormente entonar el clásico “Deliverance” terminando de llevar al éxtasis total a un público que a esas alturas no le importaba el calor, la hora, el tener que trabajar al otro día, etc, todo eran sonrisas, felicidad y la sensación de haber estado en un show sin precedentes en la historia de los recitales en Argentina.
Y si algo le faltaba a esta actuación la guinda del pastel vino por parte de los suecos quienes en su twitter oficial colocaron poco despues de finalizado el recital: “Buenos Aires, ha sido el show más cálido de la gira hasta ahora, muchas gracias por venir a compartir con nosotros. Los amamos” ¡GRANDE OPETH!, ojala los tengamos de vuelta muy pronto.
Producción & Prensa:
California Sun Producciones / Hellnoise Booking
Los Teatros Producciones / HP Prensa
Crónica: Joad Manuel Jiménez
PH: Paula Andersen