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El regreso de Haken a Chile era cosa de tiempo. Incluso con pandemia de por medio, el lanzamiento de ‘Fauna’ fue más allá de la promoción en vivo con inminente parada en nuestro país. Y es que los británicos, con poco más de 15 años de carrera y una discografía cada vez más rica en cantidad y calidad, pueden jactarse de su título como referentes actuales del Rock/Metal Progresivo en su forma moderna, siempre con el espíritu de las leyendas británicas empapando su sello artístico.
Con el recién estrenado ‘Fauna’ bajo el brazo, la convocatoria que generó el anuncio de la fecha en Chile hace unos meses tuvo el efecto esperado. No es para menos en un país donde el progresivo genera arrastre sin competencia a nivel sudamericano. Y con el flamante anuncio del cartel definitivo de la próxima versión del Festival CL.Prog (6 de Abril del próximo año, Teatro Caupolicán), el momento de ser testigos y partícipes de esta nueva era dorada es ahora.
Eso de las 19 horas, Hidalgo le da el puntapié inicial a la jornada progresiva en el Teatro Coliseo de la capital. ‘Agnicayana’, su lanzamiento recién salido del horno, le ha valido al combo liderado por el renombrado guitarrista Gabriel Hidalgo un nuevo brío, destacando el aporte de Angelina Bernini en guitarra y voz, la batería del sempiterno Pablo Stagnaro y el bajo contundente de Braulio Aspée como parte de un distintivo que ataca y defiende por igual. Bastó sólo 30′ clavados para que ‘Eukarya’, ‘Garuda’, la ya clásica ‘Lancuyén’ y ‘Vernishna’ encendieran los ánimos en un recinto que se colmó rápidamente. Música chilena con guitarras pesadas y una jerarquía que se traduce en el disfrute propio del metal orientado a la vanguardia y la raíz. Mucho que agregar al respecto, y lo poco que nos alcanza para explicar el porqué la carrera del eximio guitarrista chileno triunfa y conquista el lugar donde está hoy.
Quince minutos antes de la hora anunciada en las redes oficiales, llega el turno de los argentinos de Presto Vivace. Formados en 1995, y favoritos de quienes rinden culto al progresivo más puro y fuera de los grandes nombres, los dirigidos por el bajista y fundador Marcelo Pérez Schneider nos presentaron una selección acotada -y letal- de su estilo arraigado en los valores de la era mitológica y siempre con la frescura propia de quienes se mueven en las grandes ligas de igual a igual con el gigante de turno.
Desde la energía con que Marcelo transforma el bajo en una vía de expresión sin límites, hasta la voz fulgurante de Brunella Bolocco Boye, el espectáculo de Presto Vivace se impone con lo que realmente importa. Hay todo un espíritu amateur -en el buen sentido de la palabra-, en que el ‘Hazlo tu mismo’ es llevado hacia terrenos quizás jamás pensados. Y esa es la idea en gran parte: sorprendernos en base a música cinemática, entre el Rock Pesado, el Jazz y la música Sinfónica. A destacar el protagonismo de Marcelo como bajista extraordinario y cultor de un sonido personal que priorizan la expresión y la libertad ante todo. Como viene siendo desde los ’90, sin necesidad de figurar en el mainstream para, literalmente, volarnos la cabeza.
21 horas en punto, y en medio de gritos de selva, con el público entregado y participando, el arranque con ‘Taurus’ pone fin a una espera de 5 años de manera explosiva. Haken, con sus seis integrantes ataviados en guayaberas con el diseño de la portada de Fauna, va a lo que sabe hacer como grupo humano, disponiendo cada integrante sus facultades para desplegar su propuesta sin guardarse nada. Como nos queda más que claro en la siguiente ‘In Memoriam’, con un mar de gente entregado a la potencia incendiaria de Haken circa 2023, siempre jugando al ataque y sorprendiendo en base a su paleta de matices entre la luz y la sombra.
Con el sonido ya en su forma más óptima, ‘Sempiternal Beings’ una explosión de metal cuando menos te lo esperas, nos permite apreciar las bondades de un Ross Jennings pletórico. Un tipo cuya voz muta entre el misticismo de Jon Anderson y el temple operático de Freddie Mercury, para después ladrar como Jens Kidman. Viniendo de una banda inglesa y adoptando influencias de otras latitudes, hay una tradición vigente y tiene que ver con la identidad. De la misma forma en que los guitarristas Richard Henshall y Charles Griffiths se complementan como hermanos gemelos, tanto en la construcción de la muralla de riffs como en la impecable ejecución de solos con que hasta el más escéptico cae de rodillas.
El primer saludo de Ross en la noche, tiene su efecto en la maravillosa ‘Cockroach King’. El trabajo de voces al estilo Queen, nos mantiene en trance a quienes nos sumergimos en la tradición del progresivo británico y, a la vez, abrazamos a nuestros héroes estelares de hoy. Tamaña mezcla de Jazz, Metal y Funk, con una grandilocuencia abrumadora y un propósito de hacer cosas que hoy parecen de otra era, es lo que le da a Haken un distintivo que hace escuela sin perder la lozanía de su firma. Desde el período clásico de Yes y Queen en los ’70s hasta Dream Theater y Meshuggah, pasando por el Metal de Pantera, están todos los gustos potenciados por un despliegue telúrico y de alcance sideral.
El tufillo al Dream Theater más metalero en ‘The Architect’, contrario al prejuicio ajeno, provoca un terremoto con efectos de cataclismo. Hecha para cantar con puño en alto, con Ross Jennings dominando al público con maestría de veterano, al mismo tiempo que su voz gutural nos deja sin reacción. Mientras que el Pop-Rock-Soul de ‘Lovebite’ profesa su amor a los ya nombrados Queen de manera genuina. Notable el ‘eeeoo’ de Jennings con respuesta inmediata del público, porque en vez de imitar a Freddie Mercury, en realidad adopta lo mejor del legendario cantante para adaptarlo a su propio lenguaje en el directo. Y eso define la comunión con su legión de fans que canta todo hasta el sudor.
‘Prosthetic’ es el momento perfecto para hablar de Raymond Hearne, un baterista de alta factura técnica y dueño de una pegada capaz de agrietar el cielo. Como también lo es para valorar el toque electrónico con que Haken expande sus fronteras sonoras y proyectar en vivo todo lo que lo hace transversal. Lo que es lo hace realmente progresivo, sin depender del cliché y dejando en claro que tanto en el estudio como en el directo la efectividad de su propuesta. Igual que ‘Invasion’ y su carácter cinemático, como una película de Sci-Fi tipo ‘Encuentros Cercanos del Tercer Tipo’ llevada al directo con la soltura propia de los grandes. Y ahí es la mano del tecladista Peter Jones la cual determina la variedad en la paleta, siempre entre el piano señorial y los sintetizadores de potenci electrizante.
El bajo de Conner Green también tiene lo suyo, como lo vemos en ‘Pareidolia’, otro pasaje rutilante. Notable la manera en que junto a Pete Jones ayudan a recrear una atmósfera de ensueño y misterio. Fundamental ambos en la grandeza con que Hacen fácilmente podría echar abajo una arena o estadio repleto. No es una exageración, sino la impresión que nos deja un conjunto que dispone la experticia en favor de algo mucho más grande. Por cierto, lo rica en matices que suena una pieza que compila las melodías de Journey y Toto para darles un aire floydiano, estremece por cómo funciona dicha mezcla en vivo.
La pregunta de Ross Jennings ante el gusto por las canciones largas, es la antesala de humor y euforia para el gran viaje que es ‘Celestial Elixir’. Todo lo que nos gusta el Rock Progresivo desde la era mitológica, desde la mística y el tema distinto. Una montaña rusa de emociones a flor de piel, un laberinto de luz y sombra que recorremos con gusto, en plan de exploración y búsqueda en plena selva. Y el broche de oro con la suite ‘Messiah Complex’, ya que hablábamos de canciones con gran kilometraje, con el público coreando la melodía principal hacia el final, nos deja exhaustos de euforia y locura. Suficiente como para prepararnos para lo que se viene el próximo año en el CL.Prog, y visionar una tercera venida de Haken. Son las visiones a futuro de una jungla repleta de fantasías salvajes, donde el elixir celestial de los nuevos dioses británicos es el objetivo para quienes deseamos la inmortalidad.